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Extorsión: La sombra del crimen en la era digital

La extorsión es un acto criminal de gran impacto que puede afectar a cualquier persona, por lo cual, es bueno conocer las formas en las que operan estos delincuentes.

La extorsión es un acto criminal de gran impacto en el que una persona, grupo o entidad con fines de lucro, utilizando engaños, amenazas y/o violencia, obliga a otra persona a realizar acciones, dejar de hacer algo o entregar algo de valor, con el fin de perjudicar su patrimonio y su bienestar emocional.

 

Existen dos formas principales de extorsión. La directa, en la que los extorsionadores interactúan personalmente con las víctimas, ya sea visitando su hogar, escuela, trabajo o negocio, y la indirecta (virtual), que se lleva a cabo a través de medios de comunicación como teléfonos celulares o redes sociales. En este último caso, no hay contacto directo (en persona) entre la víctima y el agresor.

 

Modalidades de extorsión comunes  

 

Extorsión indirecta “el premio”

 

El extorsionador se comunica con la víctima de manera aleatoria o selectiva, ya sea por llamada telefónica, mensaje de texto, correo electrónico o redes sociales, haciéndose pasar por un programa de televisión, empresa, fundación o entidad gubernamental. Finge que la víctima ha ganado un premio, pero condiciona la entrega a que pague una cantidad de dinero, a menudo a través de depósitos en efectivo, compra de tarjetas de prepago o recargas para el teléfono celular.

 

En el caso de la extorsión indirecta “el familiar”, el extorsionador se hace pasar por un pariente cercano o familiar que ha sido detenido o ha sufrido un accidente, solicitando dinero en forma de depósito para resolver la situación. En algunos casos, el extorsionador puede hacer creer a la víctima que es una autoridad o testigo relacionado con la detención o el accidente.

 

En el caso de la extorsión indirecta “amenazas”, el extorsionador contacta a la víctima de manera aleatoria o selectiva, a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto, correos electrónicos o redes sociales, y utiliza amenazas falsas para presionar a la víctima a que pague una cantidad de dinero, entregue bienes materiales o realice algún tipo de transacción. Puede hacer creer que pertenece a una organización criminal y que está vigilando a la víctima, o proporcionar información detallada sobre la vida cotidiana de la víctima o sus familiares.

 

Extorsión indirecta “secuestro virtual”

 

El extorsionador se pone en contacto con la víctima de manera aleatoria o selectiva a través de una llamada telefónica, mensaje de texto, correo electrónico o redes sociales, haciéndose pasar por un familiar, especialmente un menor de edad, que finge estar secuestrado. Luego, da instrucciones detalladas para que la víctima realice un pago. Para lograr su objetivo, el extorsionador puede imitar la voz de la supuesta víctima secuestrada, usar una grabación o involucrar a un tercero en el engaño.

 

Extorsión indirecta “cruzada”

 

El extorsionador contacta a la víctima de forma aleatoria o selectiva, haciéndose pasar por un miembro de un grupo delictivo y amenazando con causarle daño o engañándola para que salga de su casa con dinero y objetos de valor, los cuales debe dejar en un lugar público. Posteriormente, se comunican con familiares o conocidos para hacerles creer que tienen secuestrada a la víctima y solicitarles más dinero.

 

En otro modus operandi, primero se comunican con la víctima a efecto de ingresarla en una base de datos para entregarle premios o regalos (solicitan datos personales), después, llaman de nuevo identificándose como miembros de un grupo delictivo.

 

Extorsión indirecta “adeudos”

 

El extorsionador se comunica  con la víctima, ya sea por teléfono, mensaje, correo electrónico o redes sociales, y se hace pasar por un conocido cercano. Solicita a la víctima el pago de una supuesta deuda, ya sea en forma de depósitos o bienes de valor, utilizando información personal para generar confianza.

 

Extorsión indirecta “negocios”

 

La persona afectada recibe una comunicación por parte del extorsionador, quien se hace pasar por un socio o representante de otra empresa y solicita urgentemente una transferencia de dinero, argumentando una situación de emergencia que debe ser solucionada.

 

Extorsión indirecta “buena gente”

 

El extorsionador se comunica con la víctima y le dice que otra persona le pidió lastimarla o secuestrarla, pero que él ha decidido no llevar a cabo el trabajo a cambio de que la víctima le dé dinero. Además, le asegura que le dará un archivo con datos sobre la persona que quiere perjudicarla.

 

Ciber extorsiones

 

Este tipo de ataque se conoce como ransomware, y es una de las formas más comunes de ciberataque en la actualidad. Los hackers utilizan diferentes métodos para infectar los sistemas de las víctimas, ya sea a través de correos electrónicos maliciosos, descargas de archivos infectados o vulnerabilidades en el software.

 

Una vez que los archivos han sido encriptados, el extorsionador suele exigir un pago en criptomonedas para proporcionar la clave de descifrado y permitir que la víctima recupere sus documentos. Sin embargo, no hay garantía de que el hacker cumpla su parte del trato una vez que se haya realizado el pago.

 

Para protegerse contra este tipo de ataques, es importante mantener el software y los sistemas actualizados, utilizar programas antivirus y antimalware, hacer copias de seguridad de forma regular y no abrir correos electrónicos o enlaces sospechosos. Además, es fundamental educar a los empleados y usuarios sobre las prácticas de seguridad cibernética y la importancia de no caer en trampas en línea.

 

Extorsión directa “derecho de piso pasivo”

 

Los extorsionadores se presentan en el lugar de trabajo, en el hogar o en lugares frecuentados por la víctima, exigiendo pagos periódicos para garantizar protección a su integridad personal y a su actividad comercial.

 

Este tipo de extorsión ocurre tanto en empresas formales como en el comercio informal, como en casas particulares, negocios, restaurantes, hoteles, entre otros. A veces solo son amenazas y los extorsionadores desaparecen si no se les paga.

 

Extorsión directa “delitos conexos”

 

El chantajista se presenta directamente en el sitio de trabajo, en el hogar o en lugares que la víctima frecuenta, para exigirle sumas de dinero de forma regular y así asegurar la protección tanto de su integridad personal (y la de su familia) como de su negocio.

 

Esta forma de extorsión ocurre tanto en empresas legales como en el comercio informal (casas particulares, negocios, comerciantes, restaurantes, industriales, profesionales, hoteles, repartidores, conductores de transporte, mercados ambulantes, etc).

 

En esta situación, el o los extorsionadores pueden cometer otros delitos para presionar el pago, o para castigar la falta de pago, como por ejemplo: agresiones, robo, secuestro o asesinato.

 

Caracterización de la extorsión a nivel nacional

 

A nivel nacional, el extorsionador suele ser un hombre de entre 26 y 35 años que no está bajo la influencia de alcohol o drogas al momento de intimidar a su víctima, utilizando amenazas verbales, armas punzocortantes o de fuego.

 

En el Estado de México, los extorsionadores suelen ser dos hombres menores de 25 años que no están bajo la influencia de alcohol o drogas al momento de intimidar a su víctima, utilizando armas de fuego como forma de coacción.

 

En la Ciudad de México, los extorsionadores suelen ser dos hombres de entre 26 y 35 años que no están bajo la influencia de alcohol o drogas al momento de intimidar a su víctima, utilizando armmas de fuego como forma de coacción para lograr sus objetivos.

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