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Integridad corporativa, beneficios de las buenas prácticas

Las buenas prácticas de integridad empresarial sirven para evaluar y mitigar los riesgos de corrupción que cualquier organización puede enfrentar. Atraer nuevos clientes, retener talento y llegar a nuevos mercados son algunos de los beneficios que obtienen las empresas que deciden apostar por la integridad.

Una empresa íntegra es más competitiva. Las buenas prácticas de integridad empresarial sirven para evaluar y mitigar los riesgos de corrupción que cualquier organización puede enfrentar. Atraer nuevos clientes, retener talento y llegar a nuevos mercados son algunos de los beneficios que obtienen las empresas que deciden apostar por la integridad.


La integridad corporativa es la suma de buenas prácticas, herramientas, procesos y estructuras internas que forman un marco común para combatir la corrupción dentro de las empresas.


La corrupción aumenta el costo de hacer negocios, a esto se le añaden efectos negativos como los potenciales desembolsos por motivo de litigios, sanciones y daños reputacionales.


Una buena práctica que pueden implementar las empresas es crear la figura interna de un comité de ética o un oficial de cumplimiento que traduzca el compromiso anticorrupción en acciones específicas.


La evaluación de riesgos de corrupción (ERC) permite a las empresas identificar amenazas y debilidades que puedan desembocar en actos de corrupción. Permite estimar la eficacia de los controles internos y tomar mejores decisiones. Consiste en 5 fases de análisis: el análisis del contexto, análisis sectorial, análisis del marco regulatorio, análisis enfocado a la empresa y/o unidades de negocio, y el análisis de procesos internos de alto riesgo de corrupción.


El código de ética es la carta de presentación de la empresa, el documento donde se definen valores y reglas de conducta de los colaboradores relacionadas con dilemas éticos en el ámbito laboral. Invertir en un marco de integridad robusto, completo y serio es la forma más segura y efectiva de tomar el control en la lucha anticorrupción desde el ámbito empresarial. Estas son algunas propuestas:

  • Desarrollar una política de integridad empresarial con acciones y procesos coordinados y basadas en una lógica de riesgos.

  • Establecer un comité de ética como órgano interno que se reúna periódicamente para impulsar la política de integridad de la empresa, evaluar irregularidades y controversias internas, así como sancionar casos específicos.

  • Realizar Evaluaciones de Riesgos de Corrupción (ERC) de forma periódica y en momentos relevantes de cambio en el entorno organizacional, social o político que afecten la operación de la empresa.

  • Diseñar un código de ética conforme a los riesgos, capacidades, necesidades y la filosofía empresarial de cada organización; que incluiya una definición detallada y ejemplos prácticos de conflictos de interés dentro del código de ética.

  • Diseñar estrategias de control de pagos basadas en la óptica de riesgos, identificar las áreas y pagos que representan mayor vulnerabilidad a actos de corrupción.

  • Establecer relaciones comerciales con terceros que muestren un compromiso serio en anticorrupción.

  • Identificar los puntos de riesgo de corrupción más comunes en las interacciones con gobierno que realiza la empresa.

A medida que las empresas se anticipan y responden a los desafíos, es esencial que se mantengan las normas de cumplimiento. Si no lo hacen, se exponen a un riesgo importante.


La conducta personal puede ser la primera norma que se resbala, las organizaciones son sistemas complejos formados por humanos con comportamientos influenciados por su entorno. Entender a las personas y su entorno es fundamental para protegerse de conductas poco éticas.


Existe la impresión de que el comportamiento poco ético es a menudo tolerado cuando las personas involucradas son de alto nivel. Los empleados de alto rango son más propensos a justificar un comportamiento poco ético, como ignorar la conducta poco ética en su equipo, engañar a partes externas como auditores o reguladores u ofrecer/aceptar un soborno para obtener beneficio profesional o económico. Esto es preocupante ya que los líderes definen las normas de comportamiento para sus organizaciones.


Es difícil para las organizaciones mantener sus normas de integridad en períodos de cambios rápidos o condiciones de mercado difíciles. Cuando las empresas están bajo presión extrema para sobrevivir, las normas éticas pueden resbalar aún más.


Situaciones sobre la visión de los empleados a cerca de la cultura organizacional
  • Los empleados temen las consecuencias por denunciar una mala conducta. La dirección debe fomentar la confianza de su personal mediante una comunicación clara de los valores y el cumplimiento transparente de las normas, y proporcionar medios seguros para que los empleados puedan expresar sus preocupaciones.

  • La administración no habla lo suficiente sobre la integridad. La gerencia debe hablar de integridad a la organización en general, involucrando a los empleados en el tema.

  • Los empleados dudan que los estándares de integridad estén mejorando. Las empresas deben trabajar duro para hacer mejoras tangibles en sus estándares de integridad que se puedan sentir internamente en toda la organización.

  • Se cree que los gerentes dejan que los de alto rendimiento se salgan con la suya con un comportamiento poco ético. La mala conducta no debe ser tolerada en ningún nivel.

  • Los empleados no creen que la administración opere con integridad. La dirección debe demostrar siempre integridad y dar el ejemplo.

Cómo protegerse contra la mala conducta personal con integridad
  • Evaluar su actual marco de cumplimiento: ¿es adecuado para el propósito, influye en el comportamiento de los individuos y cuenta con los recursos adecuados?

  • Examinar las actitudes de su gente sobre los riesgos y presiones para hacer lo incorrecto y fortalezca los canales para que los empleados informen confidencialmente sobre los casos de mala conducta sin temor a represalias.

  • Asumir la responsabilidad de sus propias acciones profesionales, ya sea escrutadas o no. Los empleados de más alto nivel deben dar el ejemplo para crear una cultura de integridad.

  • Llevar a cabo análisis de la causa raíz del mal comportamiento en lugar de tratar los síntomas, y comprender la dinámica del entorno social que da forma al comportamiento no ético.

  • Desarrollar políticas y procedimientos que influyan en el comportamiento individual a todos los niveles y reforzar con entrenamiento y comunicaciones.

  • Utilizar los datos para obtener una visión medible de los comportamientos reales en su organización.

Ahora que algunas compañías están bajo extrema presión para sobrevivir, las normas éticas pueden flaquear. En tiempos difíciles, es importante un profundo compromiso para medir y monitorear la integridad personal y corporativa.


Las empresas que incorporan el valor de la integridad en su visión estratégica y en sus operaciones cotidianas desarrollan negocios más fuertes, mantienen su ventaja competitiva a largo plazo y ofrecen más valor a los accionistas.

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