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Una mirada optimista en tiempos de COVID-19

Cómo aprovechar esta experiencia de la mejor manera posible, para sacar ventaja de estos momentos y salir del túnel con una mentalidad renovada y fortalecida

Estamos atravesando un momento que pone a prueba a la sociedad global en la que nos hemos convertido, a partir de la globalización y la era digital. La constante, hasta hace muy poco, había sido la desigualdad. Beneficios para pocos y carencia para la mayoría. Poco a poco muchas sociedades lograron crear ciudadanos poco críticos, poco analíticos y conformistas. Parece duro, pero la realidad es esa, y siempre ha estado ahí, velada por falsas ideas introducidas mediante mercadotécnia o propaganda política. Basta con recordar esta ley atribuída al nazi Joseph Goebbels: “Repite una mentira con suficiente frecuencia y se convierte en verdad".

Sin embargo, la incertidumbre actual es tan grande, que desde varios sectores existe la certeza que “desde hoy, nada es igual”. Lo que está sucediendo no tomó preferencia por unos cuantos, no está marcado por abusos ni desigualdad, a pesar que las acciones, o inacciones de personas específicas puedan lastimar, en mayor o menor medida, la salud, la economía y la moral de naciones enteras. La conexión virtual del mundo finalmente se materializó, infectando como un virus, literalmente, a todos quienes estamos conectados.

Aún no existen respuestas, pero sí muchas interrogantes. Los terrenos social, laboral, económico, comercial, personal, privado, y hasta intelectual y tecnológico, enfrentan cambios inevitables y la forma en la que nos manejemos en este momento será determinante para nuestro futuro.

Sin duda, las condiciones de estrés que se viven son muy fuertes, hoy más que nunca estamos expuestos a esta situación, esto es serio y repercute en nuestra salud. Muy ajeno al tema que nos aqueja, es decir, el COVID-19, tenemos la posibilidad de actuar durante esta experiencia de la mejor manera posible, para sacar ventaja de estos momentos y salir del túnel con una mentalidad renovada y fortalecida.

A mayor cantidad de nerviosismo y angustia el cuerpo se debilita hasta llegar a una situación incapacitante. Esto es real y no deseable. Manejar nuestros pensamientos con un enfoque positivo, incide directamente en todos los ámbitos. No es cuestión de un momento, se trata de adquirir hábitos que implican disciplina, esfuerzo, constancia y sacrificio, pero la recompensa en el estado de equilibrio y armonía, física y mental, lo vale.

Estos días ofrecen la oportunidad de reflexionar, de confirmar ideas y proponernos algo distinto, desde los roles que desempeñamos: padres, hijos, en el trabajo, en la pareja, en la familia, en tu profesión, ¿cómo deseas avanzar a partir de ahora?.

Mantener una mente serena, en calma, durante una crisis, se desarrolla a través de perseverar en el manejo de pensamientos y actitudes. Es imposible tener certeza del futuro, pero nuestro estado emocional tiene que estar listo para enfrentarlo.

En los trabajos se está causando un fuerte deterioro en la gente, la falta de productividad, el costo de operación, el ausentismo, los accidentes de trabajo, etc., son evidentes. Es imperante un replanteamiento de los esquemas que han llevado a esta situación.

La forma frenética en la que nos habíamos acostumbrado a vivir funcionaba como una olla de presión en la que todos estábamos dentro, una rueda de la fortuna en la que constantemente estábamos arriba o abajo, sin poder manejar nuestra posición. La pregunta es ¿cómo lo abordaremos a partir de este respiro?, ¿cómo asumiremos la responsabilidad de lo que depende de nosotros?

Como individuos, hemos dejado de atender a nuestro desarrollo, crecimiento e interacción con el entorno, nos hemos convertido en personas poco colaborativas y pesimistas. En este punto de inflexión, ¿cómo deseamos continuar para nuestro propio bienestar?, ¿cuáles son las actitudes que nos estorban y deseamos eliminar? En un análisis de este tipo es el propio individuo quien debe asumir el compromiso de cambio.

Hacia donde sea que avancemos a partir de este momento, nuestra sociedad necesita de individuos flexibles y adaptables, capaces de modificar el entorno a partir de nosotros mismos. Ante este panorama y sus consecuencias lo único seguro es que seguiremos enfrentando transformación y desafíos.

Es tiempo para permanecer optimistas y mirar al presente con nuestra mejor cara, es tiempo de levantar la mirada más allá de la pantalla de nuestros celulares y mirar al humano que tenemos en frente, al vecino de al lado, entender y darnos cuenta de que todos estamos conectados; actuar de manera empática, con la certeza de que lo que les afecta a muchos, también nos afecta a nosotros, buscar nuestra mejora y ser conscientes de dicha mejora ayudará a quienes tocamos directamente lo cual genera un contagio, no de virus, sino de emociones positivas.

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