La liquidez proviene de una línea de crédito facilitada por el Banco de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, esto ha sido el salvavidas para el peso y probablemente lo será por un tiempo.
El peso ha mostrado un buen desempeño en los cuatro meses recientes, luego de que en marzo y abril llegó a cotizar arriba de 25 pesos por dólar. Si consideramos el máximo registrado en esas fechas (25.13 pesos por dólar), la recuperación es de 15.28 por ciento, nada mal para la divisa de una economía que este año caerá cuando menos 10 por ciento y de la que se espera que su recuperación sea una de las más lentas del mundo.
Por este desempeño del peso en meses recientes, con una clara apreciación y por lo tanto menores presiones cambiarias, llama la atención que el Banco de México (Banxico), anunciara inyección adicional de liquidez, existen 3 causas teóricas que le movieron a tomar tal decisión
1. Biden podría llegar a la Casa Blanca
La elección presidencial en Estados Unidos será el próximo 3 de noviembre. Las cosas lucen complicadas para Donald Trump. Según el banco de inversión Natixis, más de tres cuartas partes (78%) de los encuestados predicen que Biden ganará las elecciones, otras encuestas le dan probabilidades superiores al 80 por ciento.
De ganar, tendremos un nuevo comienzo en las relaciones México-Estados Unidos, un nuevo capítulo en el que México está muy débil en su economía. Eventuales presiones para el peso no se descartan y posiblemente el banco central mexicano se quiso anticipar mandando la señal de liquidez, necesaria para un desempeño ordenado del tipo de cambio.
Lo anterior no significa que el peso se apreciará mucho más, depende de la forma en la que los mercados empiecen a considerar una inminente victoria de Biden o una elección más reñida.
2. Las cifras malas de la economía serán confirmadas
En los meses siguientes se confirmará lo esperado sobre la economía mexicana a pesar de los indicadores positivos registrados con el “rebote”. Algunas expectativas indican que con la temporada de otoño, los riesgos el Covid-19 se incrementarán y factores como el consumo y la actividad económica se mantendrán afectados.
Los riesgos se mantienen; el “rebote” de las economías no significan de ninguna manera la recuperación plena, por lo tanto, en cualquier momento, la racha de apreciación para el peso podría revertirse, ante esto Banxico pretende actuar preventivamente y mandar señales a los mercados en torno a suficientes niveles de liquidez.
3. El cierre de 2020 requerirá liquidez corporativa
El Banco de México aporta algunos datos que permiten dibujar escenarios para los próximos meses. Esta operación inyectará un total de 7 mil 500 millones de dólares, con lo que se renovarán los vencimientos de las operaciones del mes de junio por un total de 4 mil 910 millones, lo que significa que la inyección adicional neta de liquidez al mercado cambiario será de 2 mil 590 millones de dólares (7,500 menos 4,910).
Esta cifra se sumará a la liquidez vigente de los créditos, los mismos 4,910 millones más 6 mil 590 millones vigentes inyectados en abril y renovados posteriormente.
En su comunicado Banxico, proyecta que los nuevos créditos vencerán a principios de diciembre, el día 7. En breve iniciará la demanda corporativa de dólares por el cierre fiscal y el pago de diversas obligaciones por parte de las personas morales que operan en México para el exterior. Es probable que Banxico también pretenda mantener la liquidez necesaria para que la demanda adicional de dólares de las empresas no vaya a generar presiones adicionales para nuestra moneda.
En total, la liquidez vigente proveniente de la línea de crédito swap facilitada por el Banco de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, asciende a 14 mil 90 millones de dólares, de un total de 60 mil millones que están a su disposición. Esta línea ha sido el gran salvavidas para el peso y probablemente lo será por un tiempo.
La subasta, en la que fueron ofrecidos 2,500 millones de dólares, forma parte de una línea "swap" que abrió en marzo la Reserva Federal de Estados Unidos.
El banco central de México asignó el lunes 965 millones de dólares en una subasta de financiamiento que forma parte de una serie de medidas para dotar de liquidez al mercado local.
La “fortaleza” del peso
La divisa mexicana terminó la semana pasada con una apreciación de 1.04 por ciento, con lo que acumuló una racha de seis semanas de ganancias. El tipo de cambio cerró el viernes en 21.13 pesos al mayoreo, lejos de los casi 26 pesos que se vivieron en los peores momentos de este año.
Recordemos que el presidente del país presumía el año pasado que el peso era “la moneda que más se había apreciado”. Algunos advertían los riesgos de la divisa, otros se distrajeron por el optimismo infundado del gobierno. Aunque fue un factor externo lo que disparó la volatilidad entre febrero y mayo, también México tenía, y sigue teniendo, uno de los peores fundamentos para crecer y dar solidez al peso, eso propició el disparo del tipo de cambio que llevó al dólar a casi 26 unidades. No olvidemos que 2019 fue un año de recesión, y que 2020 será el peor año en materia económica en casi 100 años.
El manejo social, sanitario y económico de la pandemia ha sido deficiente; sumemos la debilidad de las finanzas públicas a consecuencia de un gasto global del gobierno que no deja de crecer, los desincentivos a la inversión privada y el empecinamiento en “salvar” Pemex y en obras no rentables (Santa Lucía, Tren Maya, Dos Bocas), existen condiciones para que una nueva tragedia económica se venga encima en los próximos años.
No perdamos de vista que externamente se han inyectado millones de millones de dólares en “estímulos” fiscales y monetarios por parte de todos los gobiernos y bancos centrales de países desarrollados, principalmente.
La Reserva Federal (Fed), banco central de Estados Unidos, es explícita en su intención de buscar una meta de inflación superior a 2 por ciento, esto significa que quieren debilitar al dólar, y esta nueva liquidez inyectada al mundo es lo que está beneficiando al peso.
Mientras en Estados Unidos el rango objetivo de tasas está entre 0.0 y 0.25 por ciento, en México la tasa objetivo de Banxico sigue en 4.5 por ciento. El diferencial de tasas, a pesar de los riesgos en el país, sigue siendo atractivo para muchos inversores.
Una vez roto el soporte de los 21 pesos, el siguiente objetivo está en los $20.50 que no será fácil de alcanzar. El piso más difícil de romper está en los 20 pesos, y por ahora no pensamos que se pueda traspasar en el corto plazo. Lo más probable es que nuestra divisa oscile los próximos meses entre 20.50 y 22 pesos por dólar.
Más allá de las apariencias del tipo de cambio, recordemos que hace unos meses, 20 pesos por dólar parecían un precio muy alto; es fácil acostumbrarse a un precio y perder de vista el panorama general. El horizonte para la economía mexicana, por causas internas, es muy obscuro.
La degradación de la nota crediticia de México a nivel de “basura” es cuestión de tiempo y ya debería de ser una realidad, pero las calificadoras de riesgo por sus intereses, presiones y capital en juego, tienen que ser muy conservadoras.
México será uno de los países del G20 con peor caída del PIB en 2020, con más bajo crecimiento en 2021 y con una recuperación al nivel que se tenía en 2019, que se dará aproximadamente hasta el segundo trimestre de 2025.
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