Estos mecanismos reúnen a un grupo de personas para que inviertan sus ahorros en conjunto y puedan acceder a mejores oportunidades.
Un fondo de inversión es un tipo de inversión en conjunto que te permite ingresar a un portafolio de valores como acciones o bonos en el mercado nacional e internacional. Pertenece a la familia de las Instituciones de Inversión Colectiva.
Los fondos de inversión se tratan de mecanismos que reúnen a un grupo de personas para que inviertan sus ahorros en conjunto y puedan acceder a mejores oportunidades.
En esencia, es un conjunto de valores (títulos como bonos o acciones), una “canasta” ensamblada por una empresa (banco, casa de bolsa u otra entidad), que se construye para ser un vehículo de inversión.
El fondo tiene uno o más administradores que se dedican a escoger esos títulos que formarán el “fondo”. Hay fondos de “renta variable” (acciones), “renta fija” (bonos) y mixtos, aunque puede haber muchos otros tipos de fondos, por ejemplo: monedas, metales, futuros, etc. Las combinaciones son prácticamente infinitas.
Un fondo de inversión no tiene personalidad jurídica propia. Únicamente es el patrimonio resultante de las aportaciones de varios inversores. Esto lo diferencia del resto de Instituciones de Inversión Colectiva. ¿Quién ostenta la representación y gestión del mismo? Precisamente las Sociedades Gestoras de Instituciones de Inversión Colectiva.
También debe entrar en acción otro tipo de entidad, la Entidad Depositaria. Las funciones para ambas sociedades intervinientes están bien definidas. La sociedad gestora tendrá facultades de dominio del fondo (aunque no es la propietaria), pero toma las decisiones de gestión de los activos y labores de administración. Es la encargada de invertir el capital aportado.
Por el contrario, la entidad depositaria se encarga de la custodia del patrimonio del fondo, tanto en liquidez como en valores. Al mismo tiempo ejerce ciertas funciones de control sobre la sociedad gestora.
Un fondo de inversión queda dotado de mecanismos legales y de representación, a través de la sociedad gestora correspondiente y con el concurso de la entidad depositaria. El fondo está jurídicamente capacitado para relacionarse con el entorno (proveedores, clientes, intermediarios financieros, mercados primarios y secundarios, partícipes, etc.) por medio de estas dos figuras imprescindibles.
También existen los denominados “fondos de fondos”, una canasta que a su vez contiene otras canastas de valores.
La composición cambia en cada fondo, dependiendo del riesgo y el horizonte de tiempo.
A lo largo del período, el administrador del fondo venderá y comprará títulos para alcanzar el rendimiento objetivo. Podemos clasificarlos de acuerdo a su horizonte de tiempo:
Corto plazo.- Son inversiones de muy bajo riesgo, para ayudar a cubrir imprevistos o aprovechar oportunidades. Su horizonte de inversión es de solo unos meses y puedes obtener tu dinero diariamente.
Mediano plazo.- Son útiles para que planificar un viaje o para comprar bienes como un auto nuevo. Se caracterizan por equilibrar confiabilidad y rendimiento. Tienen un horizonte de 1 año.
Largo plazo.- Tienen un horizonte de varios años, y están diseñados para grandes metas y proyectos de largo plazo, como la compra una casa, la educación de los hijos e incluso como apoyo para el retiro.
El más rentable
El fondo de inversión más rentable es el de mayor plazo ya que al final se pueden tener mayores ganancias debido a que la inversión puede ir aumentando por el rendimiento que va generando con los años.
¿Cómo funcionan?
La inversión en fondos representa el canal más natural para que los pequeños inversores participen en los mercados financieros, debido a su sencillez de contratación e información, diversificación en distintos mercados y menores costes.
Suscripciones y reembolsos
La unidad de inversión en un fondo es la “participación”. Un inversor que pretenda colocar capital en un fondo de inversión lo hace a través de la compra de participaciones (suscripción de participaciones) en dicho fondo.
Cuando desee deshacer la inversión, pues únicamente debe vender sus participaciones. Por este motivo a los inversores en fondos se les llama “partícipes”.
El patrimonio del fondo varía, de hecho se calcula su variación diariamente. No por las entradas y salidas de partícipes, al estar invertido la mayor parte del patrimonio en valores cotizados, las fluctuaciones de los mercados hacen que el patrimonio del fondo varíe cada día (incluso cada hora, sin embargo las variaciones se calculan diariamente).
Esto es importante para determinar el precio que tienen las participaciones, las cuales arrojan una cifra distinta cada día. El precio de una participación en un momento dado se denomina “valor liquidativo”. La sociedad gestora es la encargada de calcular diariamente el valor liquidativo. Así como de su publicación en la página web de la entidad y en los demás lugares correspondientes.
A través de las fluctuaciones del valor liquidativo es como un partícipe transforma su inversión en dinero real. Alguien que suscribió participaciones a un determinado valor liquidativo puede solicitar el reembolso transcurrido un período en el cuál el patrimonio del fondo se ha revalorizado.
Esta característica supone una ventaja para las inversiones en fondos. No es necesaria la existencia de otro partícipe que nos ofrezca contrapartida para comprar o vender participaciones. La sociedad gestora y la depositaria velan por la liquidez del fondo y se encargan de facilitar tanto participaciones como efectivo. En los fondos de inversión la liquidez está garantizada.
Como los precios (valor liquidativo de las participaciones) varían diariamente, es necesario saber qué fecha valor se le otorga tanto a las suscripciones como a los reembolsos, para que sea efectivo un determinado valor liquidativo. Esta información debe venir reflejada en el folleto del fondo, también en el Reglamento.
Traspasos
Los traspasos entre fondos de inversión son la solicitud de un reembolso en uno determinado para, inmediatamente después, suscribir participaciones en otro fondo.
Realizar un traspaso de fondos no supone, a efectos fiscales, un reembolso en uno de ellos para realizar una suscripción en otro. Manteniéndose la antigüedad de la primera inversión (se repite, a efectos fiscales).
Los traspasos pueden darse entre fondos de la misma gestora o bien fondos pertenecientes a distintas gestoras, es indiferente. Este diferimiento fiscal tiene efectos multiplicadores al aplicarse las leyes del interés compuesto. Con lo cual no es un aspecto que se deba pasar por alto.
Invertir en fondos puede suponer en términos de rentabilidad financiero-fiscal inversiones más atractivas de lo que se puede llegar a suponer en un principio.
Sin embargo una vez que se comienza a invertir, lo ideal es diversificar la inversión: poner los ahorros en distintos fondos y no solo en fondos de inversión, sino también considerar otros mecanismos como cedes o divisas, entre otros. De esta manera experimentar con distintos niveles de plazo, riesgo y rendimiento.
Buena guía para iniciarlo. 😉