Rusia es el tercer mayor productor en el mundo, y aunque aún no hay sanciones en la parte energética, el mercado percibe el riesgo de un déficit de oferta de crudo.
Petróleo mexicano
En línea con el incremento de los precios internacionales, la Mezcla Mexicana de Exportación (MME) a principios de marzo de 2022 alcanzó los 105.52 dólares por barril. Cifra que no alcanzaba desde abril de 2013.
Rusia es el tercer mayor productor en el mundo, y aunque aún no hay sanciones en la parte energética, el mercado percibe el riesgo de un déficit de oferta de crudo. Ante esto las empresas occidentales "se sancionan a sí mismas" al no comprar petróleo ruso, y prefieren encontrar otras soluciones.
Por lo pronto en nuestro país, el gobierno ha dicho que México va a priorizar y garantizar el abasto interno de energéticos.
¿Y el resto del mundo?
Los precios del petróleo bajaron un poco desde el jueves tras dispararse a niveles no vistos desde 2008, sin embargo, a inicios del mes de marzo de 2022, el barril de Brent del mar del Norte subió hasta 119.84 dólares, rozando los 120 dólares que sería un máximo desde 2012. El West Texas Intermediate (WTI) alcanzó los 116.57 dólares en Nueva York, un nuevo máximo desde setiembre de 2008.
Rumores sobre un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear hicieron bajar los precios del crudo. Mientras eso es un sinple rumor, los hechos mostraron al presidente ruso, Vladimir Putin, determinado a continuar la ofensiva contra Ucrania, a pesar del inicio de nuevas tratativas entre Kiev y Moscú.
El conflicto bélico ha provocado que los productores rusos tengan dificultades para vender su petróleo, como lo muestran nueve cargamentos de 100.000 toneladas de crudo que no encontraron comprador el miércoles, a pesar de un descuento de unos 20 dólares por barril.
La reserva de petróleo de EE.UU.
En momentos de problemas petroleros, como el que ha surgido por la invasión de Rusia, el gobierno de Estados Unidos mira hacia unas cuevas en Luisiana y Texas, en el sur del país.
Debido al alza de los precios, países de la Agencia Internacional de Energía han decidido liberar 60 millones de barriles en un intento por contener el alza de precios.
El gobierno de Joe Biden autorizó la inyección de 30 millones de barriles que obtendrá de la reserva estratégica de petróleo (SPR, por sus siglas en inglés). El depósito está bajo tierra y es tan abundante que le ha permitido a Estados Unidos sostener su consumo en momentos difíciles y aportar al mercado en situaciones como la actual.
Sal y petróleo
El crudo de la SPR está almacenado en un sistema de 60 cavernas subterráneas perforadas en roca salina que se extienden desde Luisiana hasta Texas. Su mantenimiento cuesta US$200 millones por año. Pero gracias a estos depósitos, Estados Unidos ha salido airoso en incidentes que involucraron interrupciones de las importaciones de petróleo.
Las cavernas de sal no son completamente estables. A veces pueden desmoronarse por las paredes o el techo, causando daños a la maquinaria que debe ser reemplazada con cuidado.
La sal es útil para proteger el crudo porque ambas sustancias no se mezclan, estos depósitos salinos son un almacén perfecto. Tienen capacidad para albergar más de 700 millones de barriles de crudo. Hasta el pasado 25 de febrero había 580 millones de barriles.
A nivel del suelo no hay mucho que ver, simplemente algunas cabezas de pozos y tuberías. Los ductos se extienden miles de metros por el subsuelo y mediante ellos se puede empujar agua a alta presión para extraer el petróleo a través de un proceso de desplazamiento.
¿Cómo surgió?
El depósito fue creado en la década de 1970 tras la crisis económica causada por el embargo petrolero que los países árabes impusieron a gobiernos occidentales por su apoyo a Israel durante la guerra de Yom Kippur (1973).
Como consecuencia, los precios del crudo se cuadruplicaron para 1974 y hubo problemas de escasez de combustible en Estados Unidos. La gente tuvo que hacer largas filas para reabastecer sus autos. Algunos temían que les robaran la gasolina que tenían y empezaron a protegerse portando armas de fuego.
Y parte de la infraestructura industrial de ese país -diseñada para funcionar con combustible barato- quedó al borde de la obsolescencia. Fue así como en 1975 se estableció esta reserva estratégica con el fin de protegerse de los vaivenes del mercado petrolero mundial y blindar al país de los problemas que puedan surgir en el abastecimiento de crudo.
Esa función la cumplió durante la Guerra del Golfo en 1991 y luego del huracán Katrina de 2005, que al afectar a parte de la infraestructura energética estadounidense hizo que se usara el petróleo de la reserva estratégica para compensar la caída.
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