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Banxico aumentó la tasa de interés, ¿cuáles son las consecuencias?

El banco central mexicano hizo otro aumento a la tasa de interés de referencia, por primera vez en 18 meses es mayor a la inflación.

El Banco de México (Banxico) anunció un incremento de 75 puntos base a la tasa de interés de referencia, para dejarla en 9.25%, su nivel más alto desde octubre de 2005, llevando la tasa de referencia a un nivel por encima de la inflación.


Con este incremento se acumulan 525 pb de alzas en tasas y, después de 18 meses, la tasa de interés nominal será mayor a la inflación anual al consumidor, que fue de 8.76% en la primera quincena de septiembre.


Esta alza, que ya era esperada por el mercado, representa el undécimo incremento consecutivo y el tercero de 75 puntos base ante la inflación más alta de los últimos 22 años.


Esta decisión de Banxico viene después de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos subió las tasas de interés a un rango de 3.0 y 3.25%, su mayor nivel en 14 años. Además, Jerome Powell, presidente de la Fed, endureció el tono de la política monetaria y anticipó más incrementos a los tipos de interés, que podrían rebasar el 4% al final de 2022.


Después del anuncio, más bancos centrales también subieron las tasas de interés con el objetivo de controlar la inflación, que se encuentra en sus niveles más altos en cuatro décadas. Debido a esto, el dólar estadounidense se ha fortalecido frente a las principales divisas, dado el temor de una recesión global en 2023 y los inversionistas se inclinan hacia el dólar como activo refugio.


Banxico prevé ahora que la inflación general promedie un 8.6% anual en el último trimestre de 2022 tras la expectativa anterior de 8.1%. De esa forma la tasa de inflación no estaría cercana a la meta de 3% hasta el cuarto trimestre de 2024, cuando prevé que promedie un 3.1%, lo que implica un año más de lo previsto en la decisión del 11 agosto pasado.


Efectos de las tasas de doble dígito en México


La tasa de interés de referencia del Banco de México (Banxico) tocará un nivel histórico de doble dígito, por primera ocasión desde que nuestro banco central utiliza la tasa de interés como referencia para el mercado financiero y la economía en general.


Es casi inevitable que suceda tal fenómeno este mismo año, después de que la Fed emitiera el miércoles pasado nuevas estimaciones en las que incluye una tasa de al menos 4.4 por ciento para el cierre de este año, lo que llevaría la tasa de Banxico cuando menos a 10 por ciento ya que buscará mantener un diferencial de al menos 6 puntos porcentuales o 600 puntos base.


Las expectativas de la mayoría de las casas de análisis y analistas privados colocan a este indicador, el de Banco de México, en un nivel de cierre de entre 10.5 y hasta 11 por ciento al cierre de 2022.


El impacto que tendrá que la tasa llegue a doble dígito por primera vez en la historia será algo no visto en décadas. La consecuencia inmediata será el ajuste masivo de las tasas de interés en todos los canales crediticios; las tasas subirán con fuerza, en un mercado en el que ya estaban elevadas.


Los canales crediticios son todos los mecanismos de crédito que existen para prestar dinero, tarjetas de crédito, préstamos hipotecarios, créditos automotrices, empresariales, personales, etcétera. Incluso ya empezaron a ajustarse desde hace algunos meses ante las condiciones que prevalecen en los mercados de dinero y, especialmente, en la tendencia de las tasas de interés.


Por ejemplo la tarjeta de crédito; con una tasa de referencia de un dígito, que estaba en un mínimo de 4 por ciento hace un año, la tasa promedio en este producto se ubicaba en 30 por ciento. Es decir, existía un margen de intermediación financiera de 26 puntos porcentuales, una diferencia enorme pese a que el “riesgo financiero” era bajo, apenas 4 por ciento anual.


En el contexto de tasas en doble dígito, el margen de intermediación financiera no será inferior a los 35 o 40 puntos porcentuales, o hasta 4,000 puntos base, un incremento muy fuerte que refleja el nerviosismo de los mercados y las expectativas en torno a las tasas de interés y al desempeño de la economía mexicana. Es importante disminuir deudas, y aquellas que se adquieren hacerlo bajo el esquema de tasas fijas.


Otras operaciones y actividades económicas en las que las tasas de interés juegan un papel preponderante están en el mundo corporativo, donde las inversiones se rigen por parámetros como la “Tasa Interna de Retorno”, o “Tasa mínima de rentabilidad”; estos conceptos se refieren a la tasa que un inversionista debe pedir por aportar su capital a cualquier proyecto de inversión. Es el rendimiento mínimo que solicita y está ligado a la tasa de referencia.


Con una referencia de doble dígito, cualquier capitalista exigirá cuando menos lo mismo para sus inversiones, es decir una tasa de doble dígito y no precisamente cercana a la referencia del banco central, sino varios puntos arriba, para cubrir riesgos.


Esto hace más complejo que los proyectos de inversión se concreten, de hecho, muchos se detienen. Es lo que desea el banco central con dicha estrategia, ya que si disminuye la actividad económica se reducen las presiones inflacionarias, con el riesgo de una eventual recesión.


El problema es que reactivar la economía no es fácil después de un periodo así, debido a que las tasas altas en exceso empiezan a erosionar algo fundamental para la inversión: la confianza. Así, los costos de los proyectos de inversión se van al cielo, y la actividad económica se va al suelo.


Se le conoce como “efecto centella-tortuga”; el incremento en las tasas de referencia, como la de Banxico, provoca un acelerado aumento de las tasas en los mercados crediticios. Los costos se ajustan rápidamente por parte de las instituciones prestadoras, ya que deben cobrar de inmediato lo que ellos a su vez pagan en los mercados interbancarios, más el riesgo financiero que corren.


Así, las tasas de interés suben como “centella”; rápidamente tanto como se considere necesario; el mayor ejemplo lo vimos en México entre los años 1994 a 1995, las tasas de interés reaccionaron a la violenta devaluación del peso y pasaron en unos meses de un solo dígito a triple dígito, de 7 por ciento a más de 100 por ciento, así de riesgoso es el crédito a tasa variable.


En contra, cuando inicia una trayectoria bajista, las tasas de interés por lo general retroceden como “tortugas”, lo hacen lentamente debido a dos cosas:


1) Los agentes financieros no se arriesgan a “rebotes” y mantienen altos los márgenes financieros, de modo que, aunque las tasas nominales bajen, el hecho de que estos márgenes se mantengan elevados hace que dicho descenso sea paulatino, más de lo esperado.


2) El mercado se acostumbra a los niveles de tasas vigentes y tratan de aprovecharlos en la medida de lo posible. Es necesario que la tasa de referencia empiece una trayectoria declinante y que gran parte de los intermediarios bajen sus tasas para “jalar” al resto del mercado.


Estos y varios más son los efectos que se generan con la escalada de las tasas, sobre todo cuando éstas se ubican en doble dígito, algo que veremos próximamente en nuestro mercado.

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