Se convirtió en un símbolo del país que reinó durante 70 años; al frente de la monarquía vivió momentos históricos.
En la actualidad, el Reino Unido es un centro financiero, independizado de la UE, que sufre de con la guerra en Europa. Pero a inicios de los 50’s, cuando Isabel II subió al trono, la economía era heredera de la revolución industrial: se asentaba sobre la industria manufacturera y conservaba los aires de potencia comercial, sin embargo, también sufría los efectos de la II Guerra Mundial.
La monarquía inglesa funciona como una marca, la familia real tiene un valor aproximado de 67,500 millones de libras esterlinas anuales y los ingresos provienen principalmente de su marca.
El miembro de la realeza más querido era Isabel II con un porcentaje de aprobación del 82.2%. Las joyas de la corona están valuadas en 25,500 millones de libras y el impacto de la corona en la economía del Reino Unido es de 1,800 millones de libras. Para el periodo 2021-2022, la familia real tuvo un gasto de 102.4 millones de libras esterlinas.
El cambio de pensamiento generacional se aprecia en la sociedad británica, los datos soportan que entre las personas mayores a los 55 años aprueban a la monarquía en 77%, en contraste con el 57% de personas de entre 18 y 24 años que comparte esta aceptación.
El último año, cerca 737,000 personas visitaron edificios reales, el castillo con más visitas fue el de Windsor y Frogmore House con más de 426,000 visitas. En el mismo periodo, los costos de la nómina de la familia real, es decir, el pago de sus empleados fue de 19.1 millones de libras esterlinas, mientras las ventas de artículos relacionados con la realeza dan ingresos por poco más de 20 millones de libras esterlinas.
El costo de mantener a esta familia millonaria es considerable, incluso para Reino Unido, en el último año, únicamente para su transporte, usaron helicópteros, trenes y automóviles, y los costos por usar estos medios fue de 3 millones de libras esterlinas.
De potencia industrial a centro financiero
Los 70 años de Isabel II al frente de la corona fueron de crecimiento económico. El PIB británico en los 50 era de 15,000 millones de libras, frente a más de dos billones actuales. La economía británica sufrió “la crisis del petróleo”, que llevó a la inflación encima del 25%, agudizó la debilidad de la libra y disparó la deuda pública a 140% del PIB, los tipos de interés se sitúan hoy en el 2,1% y la libra se intercambia a poco más de 1 dólar.
La población se ha disparado. Isabel II pasó de gobernar poco más de 50 millones de británicos a más de 67 millones. Esta explosión demográfica no se conservará en el futuro inmediato, el promedio de hijos por mujer pasó de casi tres en los 50 a 1,5 en la actualidad. Actualmente, la tasa de desempleo se sitúa en 3,8% y el sueldo medio es de poco más de 50.000 dólares al año.
En los 50, el motor del país era su industria, empleaba a uno de cada tres trabajadores, mientras el sector servicios empleaba a menos de la mitad. La situación cambió: el núcleo de la economía se sitúa en Londres, en la City. Marcado por la desregulación financiera, el país ha apostado por las finanzas. Es el centro de los principales bancos y firmas de inversión. Y los servicios representan más del 80% de su masa laboral, frente al apenas 7% al que ha caído la industria.
Hace siete décadas, el Reino Unido representaba el 9% de las exportaciones en todo el mundo y la cuota ha caído al 2%. En los 50, el déficit comercial del Reino Unido era unos 1.000 millones de libras, mientras que en 2021 se disparó por encima de los 150.000 millones. Pese a la corriente proBrexit y a favor de mantener su independencia, lo cierto es que la economía británica es hoy mucho más dependiente del exterior.
La transformación también se ha visto en el mercado inmobiliario. El precio promedio de la vivienda se ha disparado hasta un récord de 270.000 libras, frente a las 2.000 que se pagaban en 1952 (que equivaldrían a 60.000 libras actualmente). En 1952 era posible adquirir una vivienda con un solo salario en la familia, pero actualmente se requieren de al dos ingresos por familia para comprar un piso.
Lo único en lo que se parece la situación que recibió Isabel II, de la que lega a Carlos es que la guerra manda. En los 50, el país sufría estragos de la II Guerra Mundial y ahora teme por la invasión en Ucrania. La inflación está ligeramente por encima del 10%. Y en febrero del 52, los precios estaban en el 11%. Como si nada hubiese ocurrido.
El impacto económico tras la muerte
El mayor impacto que prevén los expertos es a nivel interno, los días tras su muerte estuvieron marcados por homenajes que obligaron al cierre de negocios y la Bolsa de Londres, que está entre las cinco más importantes del mundo.
Pero un nuevo rey en no es el único cambio que se avecina, de hecho, la última aparición pública de Isabel II fue durante una audiencia privada con Liz Truss, la monarca recibió a Truss para confirmarla como la nueva primera ministra del Reino Unido.
Truss buscará rebajar la inflación que ronda el 10% anual y la factura energética de los hogares, sus principales desafíos, pero lo haría buscando recortar impuestos y subiendo la deuda pública, algo que mantiene los mercados agitados.
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